lunes, junio 29, 2015

Machiavelli...

«No hay fortaleza mejor que el afecto del pueblo»

 Niccolò di Bernardo dei Machiavelli, «Il principe»

Luego de muchos años de haber iniciado la lectura de El principe de Machiavelli; decidí «reabrirlo»; casi era una niña cuándo un libro de portada azul obscura con una pluma rosada y el título en letras doradas, me llamó.
Imaginé páginas llenas de cuentos, o de una historia romántica. Al leerlo me desconcertó; pero con una casi obsesión de continuar leyendo lo que inicié; que me acompañaba entonces, leí una buena parte.
Sin embargo; luego, no sé como ni con que pretexto, postergué indefinidamente la lectura. El libro era de mi padre. Hace poco, luego de tanto tiempo, lo ví de nuevo; esta vez entre mis libros.

Reencuentro a Machiavelli con un cierto aire a Rabelais y a Voltaire. Con la supremacia que confiere a las letras el dominio casi absoluto del tema derivado de las relaciones, la experiencia en el ámbito; la independencia y cierta rebeldía, por decirlo de algún modo. Por supuesto con un estilo mucho más serio en sus consideraciones Machiavelli; tomando además en cuenta lo diverso de los géneros literarios entre ellos; pero identificados con la belleza que dibuja esa objetividad separada del propósito evidente de gustar a los lectores y a los demás; pese a que según se sabe; Machiavelli, con su libro quería agradar a los Medici... y lo encuentro parecido a Voltaire, irónicamente quién editó el texto e hizo el prólogo de el Antimaquiavelo de Federico el grande.

Aunque muchos coinciden en afirmar que «El fin justifica los medios» frase que no surgió de Machiavelli; resume esta obra; personalmente no me parece. Cierto que no le faltan apuntes fuertes. Pero también hallo a lo largo de su escritura, notas valiosas de ética; críticas, estrategias y tesis legítimas, muy acertadas de causa y efecto relativas a los tipos de gobernantes y sus modos de gobierno; consejos agudos y bien elaborados, así como pasajes de sucesos y personajes históricos; enriquecedores.

Machiavelli fué un diplomático destacado, y hasta defensor de buenas causas; tuvo drásticos reveses de fortuna y poder. Fué encarcelado, torturado, exiliado.
Murió en Florencia, hallándose en la indiferencia de sus contemporáneos, a los 58 años.

Me gusta el libro. Me gusta el escritor, un hombre como la mayoría; con virtudes y defectos. Un pensador, político, historiador, idealista en muchas de sus opiniones. Cierto que quizá me falta mucho por leer acerca de él, y de su pluma. Y que mi opinión puede ser muy elemental... Pero me gusta. Y me gusta su nombre; tanto, que casi logro desligarlo del significado y la connotación que se le ha dado a la palabra "maquiavélico". 
De paso, agrego que si bien, quizá por el tema que tratan, cabe de algún modo comparar a El príncipe con El Arte de la guerra; se hallan bastante lejos tanto en la profundidad de las ideas; en la elegancia del texto; como en el nivel de malicia, y ausencia de ética que caracterizan a El arte de la guerra.

«No puedo menos de hablar de la adulación que reina en todas las cortes; vicio sobre el cual los príncipes deben estar siempre alerta, y del que no se verán libres, a menos que utilicen la prudencia y mucha habilidad. Tienen los hombres tanto amor propio y tan buena opinión de si mismos, que es muy difícil preservarse del contagio; además de que, queriéndolo evitar, pudieran también disminuir su justo aprecio. El mejor arbitrio que pueden tomar los príncipes para librarse de los aduladores es manifestar que no les ofende la verdad; pero si cualquiera tuviera la libertad de decirles lo que quisiera, ¿en que vendría a quedar entonces el respeto debido a la majestad del soberano?.
El príncipe prudente guarda un justo medio, escogiendo hombres sabios por consejeros, y permitiéndoles a ellos solos que le digan francamente la verdad sobre las cosas que les pregunte y nada más. [...]»

Niccolò Machiavelli, «Il principe»

2 comentarios:

dago dijo...

No he leído a Maquiavelo, por lo que leo juicioso sus comentarios, sencillos, sin pretensiones de ninguna clase. Muy bello el hecho de retomar el texto después de cierto tiempo, y lo mejor, con el texto, la memoria de tiempos inolvidables.

Paola Arciniegas dijo...

Pasa con algunos libros, lic.. Gracias por su lectura desprevenida, siempre bien apreciada acá...

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