
Mi primer cuento favorito tenía como personaje principal una bruja a la que podía escuchar… "tomaba vida" con el girar de un disco de acetato que prefería sobre cualquier otro. El tema de las brujas siempre me ha gustado, porqué me inquieta y me impresiona, además de todo porque no sólo está en la imaginación de los escritores, sino también en análisis de sociólogos, antropólogos, etc. y en leyendas y especulaciones.
Circe, bruja de la mitología griega que convertía a los hombres en anímales, era realmente malvada, pero no tanto como su sobrina Medea quién evidentemente fue muy buena alumna de la primera.
Medea entre muchas otras maldades, convenció a las hijas de Pelias, de descuartizar a su anciano padre para que recuperara la juventud. La eficacia del metodo la demostró haciendo lo correspondiente a una oveja, a la que seguidamente puso a hervir en una caldera, de la cual luego de un momento hizo salir completo a un jóven cordero. Las mujeres al ver esto, y absolutamente convencidas del mágico y efectivo método, decidieron rejuvenecer de este modo a su padre; así, narcotizaron a Pelias, lo cortaron en pedazos… y ésta vez hasta ahí llego la historia porque Medea no hizo ningún conjuro y se marchó dejando a las incautas hijas desoladas.
Pero ahí no terminan sus andanzas, en otra ocasión envió a su rival, futura esposa de Jason un vestido de bodas hechizado, y ésta al medírselo es consumida por el fuego... ella y el palacio de su padre con todos los ocupantes...
Pero ahí no terminan sus andanzas, en otra ocasión envió a su rival, futura esposa de Jason un vestido de bodas hechizado, y ésta al medírselo es consumida por el fuego... ella y el palacio de su padre con todos los ocupantes...

http://es.wikipedia.org/wiki/Medea
La camacha, una de las brujas de “El coloquio de los perros” de Miguel De Cervantes, no se queda atrás, pues envidiosa o celosa, en todo caso enojada con La Montiela [una de sus discípulas y “comadre”], convirtió a los hijos recién nacídos de ésta, en perros, haciéndola creer que asi los había parído; y hasta parecía consolarla con sus palabras: “¡Aquí hay maldad, aquí hay bellaquería!”. Sólo confesó su hechizo antes de morir, aúnque después de esto seguían viéndola en algúnos lugares.
Dante en “La Divina comedia” ubíca a los militantes de éstas prácticas en el Octavo circulo, Aro cuarto de el infierno. Habla de brujas que hacían maleficios con drogas y figuras, y menciona a un astrólogo florentino y a un zapatero de Parma que se hizo adivino.
M. de Cervantes, Goethe, Lovecraft, Wilde recrean algúnas de sus escenas en “Aquelarres”, “walpurgis”, “conciliábulos”, también Gustavo Adolfo Bécquer en “Desde mi celda”, narra un par de historias de brujas y se refiere a la llegada de las brujas a la celebración de aquelarres: “Los habitantes de Trasmoz veían pasar una banda de viejas, espesa como las grullas, que iban a celebrar sus endiablados ritos a la sombra de los muros y la ruinosa atalaya que corona la cumbre”.
La cañizares de Miguel de Cervantes, habla de éstas ceremonias así:
Vamos a verle [hablando del demonio] muy lejos de aquí a un gran campo, dónde nos juntamos infinidad de gente, brujos y brujas, y allí nos da de comer desabridamente y pasan otras cosas que en verdad y en Dios y en mi ánima que no me atrevo a contarlas, según son sucias y asquerosas, y no quiero ofender tus castas orejas, hay opinión que no vamos a estos convites sino con la fantasía, en la cual nos representa el demonio las imágenes de todas aquellas cosas que después contamos que nos han sucedido. Otros dicen que no, sino que verdaderamente vamos en cuerpo y en ánima; y entrambas opiniones tengo para mi que son verdaderas, puesto que nosotras no sabemos cuándo vamos de una o de otra manera, porque todo lo que nos pasa en la fantasía es tan intensamente que no hay diferenciarlo de cuándo vamos real y verdaderamente”
En “El pescador y su alma” de Wilde, la única condición que le pide la bruja pelirroja al pescador, para revelarle el secreto que éste procura de manera tan vehemente, es que baile con ella y para ello lo cita a la media noche en la cumbre de las colinas. Alli junto con otras brujas que arriban chillando, el pescador y su pareja danzan a la luz de la luna en presencia del demonio.
Goethe en “Fausto” recrea un walpurgis con muchos participantes… Y después de todos los excesos hasta Mefistófeles reflexiona:
“MEFISTÓFELES [Moviéndose de un lado para otro]:
No parece que haya despabilado mucho. Todo es absurdo aquí y todo es absurdo en el norte. Aquí, lo mismo que allí, hay grotescos fantasmas, pueblo y poetas de mal gusto; aquí todo es una mascarada, una danza sensual como en todas partes. Tenté bellas máscaras y abracé seres que me espantaron. Bien me hubiera gustado que el engaño no se disipara, que durara algo más. [Perdiéndose entre las rocas.] Pero, ¿dónde estoy?, ¿qué va a salir de esto? Esto era una senda y ahora es un horrible montón de escombros. Llegué aquí por un camino liso y ahora sólo veo guijarros ante mí. En vano escalo y desciendo la montaña, ¿dónde volveré a encontrar las esfinges? Núnca me hubiera figurado una cosa tan extravagante. Subir una montaña de esas en sólo una noche. Eso parece una cabalgata de brujas que llevan consigo su blocksberg”
Y los aquelarres no son cuento, algúnos hablan de 4 fechas en las que se llevaban [¿se llevaban?] a cabo: noches de 30 de abril, 31 de octubre, 31 de julio y del 1 de febrero.
En la mayoría de los cuentos infantiles, príncipes y princesas se ven obligados a pagar altos precios por la furia, maldad, o simple capricho de las brujas, y claro: también por elección propia a cambio de “algún favor”. Y quizá la bruja que más pide a cambio, o mejor: el hechizo que más terrible contraprestación exíge es el de la bruja de ”La sirenita” de Hans Christian Andersen, quién a cambio de tener piernas para obtener el amor de un humano, tiene que sentir un dolor terríble cada vez que camina y además queda muda, y ni hablar del final... "el amor", que pasando al plano de la realidad, al parecer es también la mayor causa de que las personas que creen en éstas prácticas consulten a los adivinos, así se plasma en los artículos y análisis de éste fenómeno.
En “La Bruja” que no es cuento ni novela, sino una narración basada en el testimonio de una ex - hechicera; un documento periodístico del escritor colombiano Germán Castro Caycedo, se cuenta entre otros, un caso en que una ex-novia enfurecída, valiéndose de hechiceria y utilizando fotos, alfileres y hasta hielo destroza la vida de la nueva novia de su anterior pareja. En el libro también se habla de la utilización de hierbas y aplicación de sustancias en alimentos que se ofrecen a las víctimas a quiénes se pretende “enamorar”, y de la celebración de ritos para igual propósito. Lo mejor del caso es que se narran algúnos casos en que la hechicería funciona muy mal, y hasta al revés alejando definitivamente de su vida al objeto de las pasiones y brujerias del interesado[a]. Y bueno en éste y todos los campos no es extraño que lo malo termine mal… tal como la bruja de “Hansel y Gretel” que acabó en la caldera que había preparado para sus victimas o cómo el prestidigitador de “El crimen de Lord Arthur Saville” de Oscar Wilde, quién resultó siendo la víctima de su propia predicción.
En la literatura hay simples adivinas que se limitan a “predecir el futuro”, García Márquez incluye algúnos de estos personajes en sus obras.
Hay también “brujas buenas” como las del Mago de Oz, o “las hadas” de “La Bella durmiente del bosque” de Charles Perrault, o “el hada” de "La cenicienta", etc, y en lo que respecta a la opinión colectiva también parece ser idea general, la existencia de brujas buenas y malas; pero para los libros sagrados de algúnas religiones no parece haber cabída para tal clasificación. La brujería aparece prohíbida hasta en su mínima expresión. "No seréis agoreros, ni adivinos" [Lev 19-26].“Y la persona que atendiere a encantadores o adivinos para prostituirse tras de ellos, yo pondré mi rostro contra la tal persona, y la cortaré de entre su pueblo” [Levítico 20-6]. “No os volvaís a los encantadores ni a los adivinos; no los consulteís, contaminándoos con ellos. Yo YHWH vuestro Dios” [Lev. 19-31].
Dante en “La Divina comedia” ubíca a los militantes de éstas prácticas en el Octavo circulo, Aro cuarto de el infierno. Habla de brujas que hacían maleficios con drogas y figuras, y menciona a un astrólogo florentino y a un zapatero de Parma que se hizo adivino.
M. de Cervantes, Goethe, Lovecraft, Wilde recrean algúnas de sus escenas en “Aquelarres”, “walpurgis”, “conciliábulos”, también Gustavo Adolfo Bécquer en “Desde mi celda”, narra un par de historias de brujas y se refiere a la llegada de las brujas a la celebración de aquelarres: “Los habitantes de Trasmoz veían pasar una banda de viejas, espesa como las grullas, que iban a celebrar sus endiablados ritos a la sombra de los muros y la ruinosa atalaya que corona la cumbre”.
La cañizares de Miguel de Cervantes, habla de éstas ceremonias así:
Vamos a verle [hablando del demonio] muy lejos de aquí a un gran campo, dónde nos juntamos infinidad de gente, brujos y brujas, y allí nos da de comer desabridamente y pasan otras cosas que en verdad y en Dios y en mi ánima que no me atrevo a contarlas, según son sucias y asquerosas, y no quiero ofender tus castas orejas, hay opinión que no vamos a estos convites sino con la fantasía, en la cual nos representa el demonio las imágenes de todas aquellas cosas que después contamos que nos han sucedido. Otros dicen que no, sino que verdaderamente vamos en cuerpo y en ánima; y entrambas opiniones tengo para mi que son verdaderas, puesto que nosotras no sabemos cuándo vamos de una o de otra manera, porque todo lo que nos pasa en la fantasía es tan intensamente que no hay diferenciarlo de cuándo vamos real y verdaderamente”
En “El pescador y su alma” de Wilde, la única condición que le pide la bruja pelirroja al pescador, para revelarle el secreto que éste procura de manera tan vehemente, es que baile con ella y para ello lo cita a la media noche en la cumbre de las colinas. Alli junto con otras brujas que arriban chillando, el pescador y su pareja danzan a la luz de la luna en presencia del demonio.
Goethe en “Fausto” recrea un walpurgis con muchos participantes… Y después de todos los excesos hasta Mefistófeles reflexiona:
“MEFISTÓFELES [Moviéndose de un lado para otro]:
No parece que haya despabilado mucho. Todo es absurdo aquí y todo es absurdo en el norte. Aquí, lo mismo que allí, hay grotescos fantasmas, pueblo y poetas de mal gusto; aquí todo es una mascarada, una danza sensual como en todas partes. Tenté bellas máscaras y abracé seres que me espantaron. Bien me hubiera gustado que el engaño no se disipara, que durara algo más. [Perdiéndose entre las rocas.] Pero, ¿dónde estoy?, ¿qué va a salir de esto? Esto era una senda y ahora es un horrible montón de escombros. Llegué aquí por un camino liso y ahora sólo veo guijarros ante mí. En vano escalo y desciendo la montaña, ¿dónde volveré a encontrar las esfinges? Núnca me hubiera figurado una cosa tan extravagante. Subir una montaña de esas en sólo una noche. Eso parece una cabalgata de brujas que llevan consigo su blocksberg”
Y los aquelarres no son cuento, algúnos hablan de 4 fechas en las que se llevaban [¿se llevaban?] a cabo: noches de 30 de abril, 31 de octubre, 31 de julio y del 1 de febrero.
En la mayoría de los cuentos infantiles, príncipes y princesas se ven obligados a pagar altos precios por la furia, maldad, o simple capricho de las brujas, y claro: también por elección propia a cambio de “algún favor”. Y quizá la bruja que más pide a cambio, o mejor: el hechizo que más terrible contraprestación exíge es el de la bruja de ”La sirenita” de Hans Christian Andersen, quién a cambio de tener piernas para obtener el amor de un humano, tiene que sentir un dolor terríble cada vez que camina y además queda muda, y ni hablar del final... "el amor", que pasando al plano de la realidad, al parecer es también la mayor causa de que las personas que creen en éstas prácticas consulten a los adivinos, así se plasma en los artículos y análisis de éste fenómeno.
En “La Bruja” que no es cuento ni novela, sino una narración basada en el testimonio de una ex - hechicera; un documento periodístico del escritor colombiano Germán Castro Caycedo, se cuenta entre otros, un caso en que una ex-novia enfurecída, valiéndose de hechiceria y utilizando fotos, alfileres y hasta hielo destroza la vida de la nueva novia de su anterior pareja. En el libro también se habla de la utilización de hierbas y aplicación de sustancias en alimentos que se ofrecen a las víctimas a quiénes se pretende “enamorar”, y de la celebración de ritos para igual propósito. Lo mejor del caso es que se narran algúnos casos en que la hechicería funciona muy mal, y hasta al revés alejando definitivamente de su vida al objeto de las pasiones y brujerias del interesado[a]. Y bueno en éste y todos los campos no es extraño que lo malo termine mal… tal como la bruja de “Hansel y Gretel” que acabó en la caldera que había preparado para sus victimas o cómo el prestidigitador de “El crimen de Lord Arthur Saville” de Oscar Wilde, quién resultó siendo la víctima de su propia predicción.
En la literatura hay simples adivinas que se limitan a “predecir el futuro”, García Márquez incluye algúnos de estos personajes en sus obras.
Hay también “brujas buenas” como las del Mago de Oz, o “las hadas” de “La Bella durmiente del bosque” de Charles Perrault, o “el hada” de "La cenicienta", etc, y en lo que respecta a la opinión colectiva también parece ser idea general, la existencia de brujas buenas y malas; pero para los libros sagrados de algúnas religiones no parece haber cabída para tal clasificación. La brujería aparece prohíbida hasta en su mínima expresión. "No seréis agoreros, ni adivinos" [Lev 19-26].“Y la persona que atendiere a encantadores o adivinos para prostituirse tras de ellos, yo pondré mi rostro contra la tal persona, y la cortaré de entre su pueblo” [Levítico 20-6]. “No os volvaís a los encantadores ni a los adivinos; no los consulteís, contaminándoos con ellos. Yo YHWH vuestro Dios” [Lev. 19-31].
En la Biblía, se consigna una de las primeras manifestaciónes de brujería en Egipto, cuándo los hechiceros al servicio de faraón logran hacer con sus artificios lo mismo que Moisés y Aarón hacen con poder conferido por el cielo; primero imitando a Aarón, los hechiceros de cabecera del faraón convierten varas en culebras, pero la vara de Aarón se las traga; y luego logran reproducir las mismas plagas que envía Dios sobre Egipto, hasta que finalmente terminan derrotados por no poder hacer brotar piojos de la tierra.
Más adelante aparecen Balak rey de Moab, y Balaam tratando de maldecir a Israel… misión que les resulta imposible porque “…ni hay adivinación contra Israel”. Los judios narran que Balak hijo de Tzipor [Pájaro en hebreo] y quién envía a llamar a Balaam para auxiliarse en la misión de hacerle mal a los israelitas, era también un hechicero terrible que hacia brujerias usando especialmente para ello pájaros.
Luego, Saúl primer Rey de Israel, quién a sabiendas de que Dios rechazaba a los hechiceros, [pues el mismo obedeciendo sus ordenes, había acabado con ellos al inicio de su reinado], acudió disfrazado a dónde una adivina para preguntarle por su futuro, y ésta temerosa, antes de “predecirle” y sin reconocerlo menciona que la práctica ha sido prohíbida por Saul. El Rey en respuesta le garantíza que nada le pasará. Luego en medio de la adivinación la mujer descubre que está ante el Ungido de Israel y le reprocha el engaño. En fín que le anuncía lo que Saúl temía y más adelante sabiéndo que había pecado y viéndose desplazado por El Rey David, el Rey Saúl muere.
En “El nuevo testamento”, en el libro “Hechos”, se consígna un caso de una mujer que adivinaba y que a la llegada de Pablo y sus acompañantes a Filipos [Macedonia], los seguía, anunciando: “Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación”, ¿Qué hizo Pablo?, el libro contempla que le sacó el espiritu de adivinacion, ganándose la enemistad del manejador de “La adivina” y de otras personas, y fue llevando ante los magistrados del lugar y puesto en la carcel.
De otro lado el libro “Revelaciones” [Apocalipsis] parece hacerle eco al libro “Éxodo”: que dice: “A la hechicera no dejarás que viva”, cuándo Juan el profeta ve en su revelación a los hechiceros en el lago que arde con fuego y azufre [ap 21-8]. Y quizá la razón de que la adivinación y la simple “consulta”, estén prohíbidas en éstos libros, sea que el acto involucra la participación de espiritus que contaminarían a las personas que participan en el.
Tanto en el pasaje de el Rey Saul mencionado atrás, como en el libro “Hechos” se habla de un espiritu de adivinación, que tienen los practicantes de adivinación, lo cual coincíde con lo narrado por Amanda Londoño, protagonista de el libro de Germán Castro Caycedo, quién luego de muchos años de adivinar, llega a una étapa en la que se considera poseída por varios espiritus... Y todo empezó como un juego cuándo permitió que le adivinaran mediante la lectura de un cigarrillo.
Volviendo a la ficción, hay brujas que terminan por obsesionar como las de “Macbeth”; o que causan estupor cómo La cañizares de Miguel de Cervantes S., que horrible y decrépita se desnuda, se unta de hierbas y entra en trance delante de Berganza el perro que habla, quién viéndola aparentemente muerta pero en realidad quizá celebrando en otro lugar algún aquelarre, la arrastra hasta el patio desnuda; ella sale del trance en presencia de mucha gente, y descubriendo que el perro la puso en evidencia, trata de asesinarlo.O terror, como la bruja de “Los sueños de la casa de la bruja” de H.P. Lovecraft, que con apariencia de vieja encorvada vestida con ropas pardas, en medio de una luz violeta y ruidos en la pared se le aparece en medio de la tiniebla de las noches, en su cuarto al estudiante Walter Gilman, quién siempre se encuentra confuso acerca de si lo que pasa ocurre en los sueños o en la realidad… hasta que en medio del desespero descubre que todo está más cerca de ésta dimensión, que de la de los sueños.
Y… [además porque ya me he extendido más de lo normal] más vale no hablar tanto del tema, eso bien lo sabía la empleada de Gustavo Adolfo Bécquer, cuya reacción [al preguntarle por una bruja] plasma el escritor en “Desde mi celda”:
“No pueden ustedes figurarse la cara que ha puesto al oír el nombre de la bruja, ni la expresión de medrosa inquietud con que ha vuelto la vista a su alrededor"
Porqué según cuenta la mujer, las brujas:
“…oyen desde su casa cuánto se dice de ellas, aúnque sea al oído y en el último rincón del mundo.”…
Más adelante aparecen Balak rey de Moab, y Balaam tratando de maldecir a Israel… misión que les resulta imposible porque “…ni hay adivinación contra Israel”. Los judios narran que Balak hijo de Tzipor [Pájaro en hebreo] y quién envía a llamar a Balaam para auxiliarse en la misión de hacerle mal a los israelitas, era también un hechicero terrible que hacia brujerias usando especialmente para ello pájaros.
Luego, Saúl primer Rey de Israel, quién a sabiendas de que Dios rechazaba a los hechiceros, [pues el mismo obedeciendo sus ordenes, había acabado con ellos al inicio de su reinado], acudió disfrazado a dónde una adivina para preguntarle por su futuro, y ésta temerosa, antes de “predecirle” y sin reconocerlo menciona que la práctica ha sido prohíbida por Saul. El Rey en respuesta le garantíza que nada le pasará. Luego en medio de la adivinación la mujer descubre que está ante el Ungido de Israel y le reprocha el engaño. En fín que le anuncía lo que Saúl temía y más adelante sabiéndo que había pecado y viéndose desplazado por El Rey David, el Rey Saúl muere.
En “El nuevo testamento”, en el libro “Hechos”, se consígna un caso de una mujer que adivinaba y que a la llegada de Pablo y sus acompañantes a Filipos [Macedonia], los seguía, anunciando: “Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación”, ¿Qué hizo Pablo?, el libro contempla que le sacó el espiritu de adivinacion, ganándose la enemistad del manejador de “La adivina” y de otras personas, y fue llevando ante los magistrados del lugar y puesto en la carcel.
De otro lado el libro “Revelaciones” [Apocalipsis] parece hacerle eco al libro “Éxodo”: que dice: “A la hechicera no dejarás que viva”, cuándo Juan el profeta ve en su revelación a los hechiceros en el lago que arde con fuego y azufre [ap 21-8]. Y quizá la razón de que la adivinación y la simple “consulta”, estén prohíbidas en éstos libros, sea que el acto involucra la participación de espiritus que contaminarían a las personas que participan en el.
Tanto en el pasaje de el Rey Saul mencionado atrás, como en el libro “Hechos” se habla de un espiritu de adivinación, que tienen los practicantes de adivinación, lo cual coincíde con lo narrado por Amanda Londoño, protagonista de el libro de Germán Castro Caycedo, quién luego de muchos años de adivinar, llega a una étapa en la que se considera poseída por varios espiritus... Y todo empezó como un juego cuándo permitió que le adivinaran mediante la lectura de un cigarrillo.
Volviendo a la ficción, hay brujas que terminan por obsesionar como las de “Macbeth”; o que causan estupor cómo La cañizares de Miguel de Cervantes S., que horrible y decrépita se desnuda, se unta de hierbas y entra en trance delante de Berganza el perro que habla, quién viéndola aparentemente muerta pero en realidad quizá celebrando en otro lugar algún aquelarre, la arrastra hasta el patio desnuda; ella sale del trance en presencia de mucha gente, y descubriendo que el perro la puso en evidencia, trata de asesinarlo.O terror, como la bruja de “Los sueños de la casa de la bruja” de H.P. Lovecraft, que con apariencia de vieja encorvada vestida con ropas pardas, en medio de una luz violeta y ruidos en la pared se le aparece en medio de la tiniebla de las noches, en su cuarto al estudiante Walter Gilman, quién siempre se encuentra confuso acerca de si lo que pasa ocurre en los sueños o en la realidad… hasta que en medio del desespero descubre que todo está más cerca de ésta dimensión, que de la de los sueños.
Y… [además porque ya me he extendido más de lo normal] más vale no hablar tanto del tema, eso bien lo sabía la empleada de Gustavo Adolfo Bécquer, cuya reacción [al preguntarle por una bruja] plasma el escritor en “Desde mi celda”:
“No pueden ustedes figurarse la cara que ha puesto al oír el nombre de la bruja, ni la expresión de medrosa inquietud con que ha vuelto la vista a su alrededor"
Porqué según cuenta la mujer, las brujas:
“…oyen desde su casa cuánto se dice de ellas, aúnque sea al oído y en el último rincón del mundo.”…
Shhhhii...
No hay comentarios:
Publicar un comentario