Canción
del viento, como susurro de música de estrellas, que corre entre los árboles que
están durmiendo. La luna que decrece, el cielo azul. El frío, las nubes como nieve, en que dibujo letras de
otro tiempo. Y este sabor nuevo de
anhelar sin signos y sin claves, lo claro; lo perfecto, en el instante de la plena belleza de la
noche así… apenas irrumpiendo.
2 comentarios:
Anhelar sin signos y sin claves… te penetra la gracia que te llega, pero el anhelo exento de sesgos es tuyo y es lo que de tí la recibe… manifestación de tu libertad.
Si, está lo que naturalmente sentimos como un regalo que no requiere esfuerzo, y de otro lado esa libertad, que nos permite actuar [pero no sin esfuerzo de nuestra parte]... Muchas gracias por el comentario, Olo
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