jueves, febrero 12, 2015

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Un pequeño árbol, y una tórtola.  Un secreto como de agua, en el corazón del árbol. Y un secreto como de luz, en el corazón de la tórtola.
Y la nostalgia del aire que ya más no, dibujará esas ramas; que ya más nunca perseguirá, ese vuelo.
¿Y qué de extraño; de precioso en el alma de las cosas, que casi al mismo tiempo se abandonan?
El parque tiene una tristeza de astillas  -de plumas esparcidas- y la inquietud de las hojas aún... Aún, meciéndose en la brisa. 

2 comentarios:

dago dijo...

Apariencia de sencillez, riqueza en la mirada, compleja visión como "una tristeza de astillas". Lo efímero y lo perenne, la transmutación de la naturaleza y el sentido de lo que cambia.

Paola Arciniegas dijo...

Esas dos palabras tan bonitas y tan complejas, Lic., lo efímero y lo perenne... También en los árboles, en las aves... Y la tristeza, la sensacion de vacío que dejan cuando mueren.

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