domingo, marzo 01, 2015

No son tristes los cisnes


No son tristes los cisnes.
Tan delicados; en todo su precioso silencio, flotando leves, o volando en plena suavidad.
Como la nieve algunos. Tan hermosos en su calma; no son tristes.
De una pareja de cisnes, presa de un cazador; cuenta una de las canciones preferidas de mi abuela Beatriz. La escuché de niña; y tal vez por eso pienso con tristeza de los cisnes [ò que los cisnes son tristes].
Quizá es también por el cuento de Andersen; ò porque hace algunos años, mi hermano me enseñó el "Cisne de primavera" de Bukowski. Ò porque leyendo a Neruda, me encontré con " Mi primer poema", y yo imagino al ave en todo su dolor... "Pero él miraba con ojos tristes la distancia [...]",  y ya luego de tantas coincidencias, sólo pude pensar con tristeza, de los cisnes.
Pero... son sólo historias tristes. Ò es un halo; un aire de belleza triste, que los sigue. Ò con que los sigo yo. Sin embargo; no son tristes los cisnes... no lo son...

Foto:
Fam. Schwan (CC BY-NC-SA 2.0) By baerchen57  https://www.flickr.com/photos/baerchen57/

4 comentarios:

olo dijo...

Negando la tristeza de los cisnes evoca usted, invoca y trae hasta su texto a la tristeza. Con mucha fuerza, al menos para un lector como yo. Viendo ante mí a la tristeza intuyo que es nada más (nada menos) que un estado de ánimo. Como la niebla para el paisaje, llega, se hace con todas las visiones pero antes o después se descompone una vez más en luz y transparencia. Hay que tener paciencia con ella, echarse a dormir, a soñar, a correr, a cavar, a cortar leña seca a hachazos. Hasta que pase.

Paola Arciniegas dijo...

Antes que nada, me alegra mucho que pase por acá de nuevo, apreciado Olo. Lo que usted dice, es cierto en parte... Negando la tristeza de los cisnes... Trataba de negar eso precisamente, la tristeza con que los percibo yo; pero es casi inevitable. Finalmente como muchos seres en el mundo, los cisnes, son tristes; o al menos para mi. Quizá no precisamente, por lo que menciono en el post; sino por su belleza y su calma juntas, por lo apacibles, o no sé porque razón, me transmiten eso; pero no hablo de una tristeza depresiva, ni amarga ni algo así... Es una tristeza distinta, inefable en cierto modo. Será algo así como la melancolía de la que usted habló en su blog... tal vez...

dago dijo...

Tal vez son los cisnes la tristeza profunda, la que nace de mirarlos, radiantes, indiferentes. Teñir de tristeza el paisaje, apropiarse de las formas primorosas del ave y sentir que su majestuosidad comporta la perplejidad que habita en la belleza.

Paola Arciniegas dijo...

Cuánta belleza en sus palabras Lic., y también me faltó decir lo mismo de Olo, por aquello de la niebla y la luz... Gracias por pasar por acá con palabras tan bonitas.

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