martes, septiembre 20, 2016

De lo hermoso y triste...





En una publicación anterior de un ave sin vida, alguien de manera cordial me dijo que era triste, muy triste una imagen así… casi que lo sentí como un reproche. Y lo entiendo. Y más aún cuando he lamentado varias veces esa escena en la realidad. Pero hay un sentimiento muy especial que me une a los pájaros, además que los hallo tan puros, casi sublimes [lo digo sin ninguna pretensión de exagerar]; que me siguen pareciendo hermosos aun sin vida; lo cual me permite ponerlos aquí en èste sitio, como parte de lo que brilla de algún modo para mi. 


También es porque recuerdo un instante de mi infancia: un pájarito que tenía mi abuela, murió, y decidimos con mis hermanos y primos hacerle un pequeño funeral en el jardín de mis abuelos. Recuerdo la pequeña tumba, la tierra negra, las florecillas y todo lo que evoca mi memoria es como una escena de un cuento precioso en la que alli reunidos tan niños, tan ingenuos, vibramos en un mismo sentir inefable, por un ser diminuto y bello, ya sin vida… así es como ésta pintura y otras que he hallado no pueden despertar en mí más que un asombro, extraño, si; por la belleza...



Acuarela: Georgiana Burne-Jones, 1857. 


1 comentario:

dago dijo...

Al lado de la muerte permanece la vida como memoria.

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