Mapa portulano del año 1541 [Vesconte Maggiolo] http://es.wikipedia.org/wiki/Mapa
... Los que debimos repasar para aprender geografía y para saber de historia; para ubicar eventos, personajes, y también fronteras… guerras.
Aquéllos que dibujamos cuándo estábamos en el colegio; poblados de montañas, mares y ríos azules, islas como puntos, y desiertos amarillos; anaranjados o terracotas al antojo de cada cual. Los que dependiendo de nuestras profesiones han pasado por nuestras manos.
Algunos tan juiciosamente elaborados, tan “formales”, otros tan elementales, tan coloridos… y hasta para jugar sirven. Allan Poe, en “La carta robada”, habla de un mapa, como elemento principal de un juego consistente en adivinar el nombre de cualquier lugar que elija el contrincante.
Borges y María Kodama antes de emprender algún viaje; según cuenta ella, tomaban un atlas y permitían “que las yemas de los dedos adivinaran lo imposible: la aspereza de las montañas, la tesura del mar o la mágica protección de las islas.” ...Sin palabras.
Pero, si se trata de sentir tan sólo viendo un mapa, Eugénie Grandet nos da cátedra; al partir su amado Charles: “Compró en la librería un mapamundi y lo clavó junto a su espejo para poder seguir a su primo camino de las Indias, para mejor imaginar que se metía en su barco y que le dirigía mil preguntas:–¿Estás bien? ¿No sufres? ¿Piensas en mí cuando miras una estrella que me has enseñado a conocer y admirar?” [H. De Balzac/Eugenie Grandet]. Y es también en un viaje de “un enamorado” en el que Voltaire cita un mapa, por supuesto, irónicamente para referirse a una organización religiosa: “-¡Ah! –exclamó Amazán, habiendo consultado su mapa-. Así pues, ¿vuestro amo posee Europa entera, como anteriormente los antiguos héroes de las siete montañas?” [Voltaire/La princesa de Babilonia].
Volviendo a Borges; en “El Zahir”, obsesionado con una moneda, al hablar de lo abstracta que podía ser, menciona los mapas entre las cosas especiales que se pueden conseguir con dinero; y en el prólogo de “Atlas” en cuya escritura, y experiencia, lo acompañó María Kodama, contempla:
“No hay un sólo hombre que no sea un descubridor. Empieza descubriendo lo amargo, lo salado, lo cóncavo, lo liso, lo áspero, los siete colores del arco y las veintitantas letras del alfabeto; pasa por los rostros, los mapas, los animales y los astros; concluye por la duda o por la fe y por la certidumbre casi total de su propia ignorancia.”
[Fragmento del Prólogo de “Atlas”].
En El libro de arena elige como escondite del libro, el lugar de la Biblioteca “dónde están los periódicos y los mapas” porque como dice: “El mejor lugar para ocultar una hoja es un bosque”, y en Magias parciales del Quijote analiza una idea inquietante acerca de un mapa; aquí formula la duda tomando éste objeto como base. En Las ruinas circulares y en La escritura del dios, toca el mismo tema valiéndose de otros elementos.
"Las invenciones de la filosofía no son menos fantásticas que las del arte: Josiah Royce, en el primer volumen de la obra The World and the individual (1899), ha formulado la siguiente: «Imaginemos que una porción del suelo de Inglaterra ha sido nivelada perfectamente y que en ella traza un cartógrafo un mapa de Inglaterra. La obra es perfecta; no hay detalle del suelo de Inglaterra, por diminuto que sea, que no esté registrado en el mapa; todo tiene ahí su correspondencia. Ese mapa, en tal caso, debe contener un mapa del mapa, que debe contener un mapa del mapa del mapa, y así hasta lo infinito"
¿Por qué nos inquieta que el mapa esté incluido en el mapa y las mil y una noches en el libro de Las mil y una noches? ¿Por qué nos inquieta que Don Quijote sea lector del Quijote Y Hamlet espectador de Hamlet? Creo haber dado con la causa: tales inversiones sugieren que si los caracteres de una ficción pueden ser lectores o espectadores, nosotros, sus lectores o espectadores, podemos ser fícticios.”
[Borges/Magias parciales del Quijote]
En Deutsches Réquiem, con una reflexión de Otto Dietrich Zur Linde, nos conecta directamente a su “Zahir”: "¿No estaría loco un hombre que continuamente se figurara el mapa de Hungría?."
Pero hay algunos, que al contrario de figurarse constantemente algún mapa, tratan de desfigurarlo; lo cual es “terríble”, pues tal como le dice el geógrafo al principito
“-Un explorador que mintiera sería una catástrofe para los libros de geografía”.
[Antoine de Saint Exupéry/El Principito]
Aunque en ciertos casos, es hasta comprensible… Luego de una expedición llena de sacrificios en la que transcurren diez días sin ver el sol, “una semana, casi sin hablar”, en la que se pasa por un “ paraíso de humedad y silencio, anterior al pecado original”, durante la que “el mundo se volvió triste para siempre” y que terminó “frente a ese mar color de ceniza, espumoso y sucio”… Pues, ¿que puede decir uno si el jefe de la expedición no elabora el mapa más preciso?…
“La idea de un Macondo peninsular prevaleció durante mucho tiempo, inspirada en el mapa arbitrario que dibujó José Arcadio Buendía al regreso de su expedición. Lo trazó con rabia, exagerando de mala fe las dificultades de comunicación, como para castigarse a sí mismo por la absoluta falta de sentido con que eligió el lugar. <<Nunca llegaremos a ninguna parte, se lamentaba ante Ursula>> <<Aquí nos hemos de pudrir en vida sin recibir los beneficios de la ciencia.>>”
[García Márquez/Cien años de soledad]
Aquéllos que dibujamos cuándo estábamos en el colegio; poblados de montañas, mares y ríos azules, islas como puntos, y desiertos amarillos; anaranjados o terracotas al antojo de cada cual. Los que dependiendo de nuestras profesiones han pasado por nuestras manos.
Algunos tan juiciosamente elaborados, tan “formales”, otros tan elementales, tan coloridos… y hasta para jugar sirven. Allan Poe, en “La carta robada”, habla de un mapa, como elemento principal de un juego consistente en adivinar el nombre de cualquier lugar que elija el contrincante.
Borges y María Kodama antes de emprender algún viaje; según cuenta ella, tomaban un atlas y permitían “que las yemas de los dedos adivinaran lo imposible: la aspereza de las montañas, la tesura del mar o la mágica protección de las islas.” ...Sin palabras.
Pero, si se trata de sentir tan sólo viendo un mapa, Eugénie Grandet nos da cátedra; al partir su amado Charles: “Compró en la librería un mapamundi y lo clavó junto a su espejo para poder seguir a su primo camino de las Indias, para mejor imaginar que se metía en su barco y que le dirigía mil preguntas:–¿Estás bien? ¿No sufres? ¿Piensas en mí cuando miras una estrella que me has enseñado a conocer y admirar?” [H. De Balzac/Eugenie Grandet]. Y es también en un viaje de “un enamorado” en el que Voltaire cita un mapa, por supuesto, irónicamente para referirse a una organización religiosa: “-¡Ah! –exclamó Amazán, habiendo consultado su mapa-. Así pues, ¿vuestro amo posee Europa entera, como anteriormente los antiguos héroes de las siete montañas?” [Voltaire/La princesa de Babilonia].
Volviendo a Borges; en “El Zahir”, obsesionado con una moneda, al hablar de lo abstracta que podía ser, menciona los mapas entre las cosas especiales que se pueden conseguir con dinero; y en el prólogo de “Atlas” en cuya escritura, y experiencia, lo acompañó María Kodama, contempla:
“No hay un sólo hombre que no sea un descubridor. Empieza descubriendo lo amargo, lo salado, lo cóncavo, lo liso, lo áspero, los siete colores del arco y las veintitantas letras del alfabeto; pasa por los rostros, los mapas, los animales y los astros; concluye por la duda o por la fe y por la certidumbre casi total de su propia ignorancia.”
[Fragmento del Prólogo de “Atlas”].
En El libro de arena elige como escondite del libro, el lugar de la Biblioteca “dónde están los periódicos y los mapas” porque como dice: “El mejor lugar para ocultar una hoja es un bosque”, y en Magias parciales del Quijote analiza una idea inquietante acerca de un mapa; aquí formula la duda tomando éste objeto como base. En Las ruinas circulares y en La escritura del dios, toca el mismo tema valiéndose de otros elementos.
"Las invenciones de la filosofía no son menos fantásticas que las del arte: Josiah Royce, en el primer volumen de la obra The World and the individual (1899), ha formulado la siguiente: «Imaginemos que una porción del suelo de Inglaterra ha sido nivelada perfectamente y que en ella traza un cartógrafo un mapa de Inglaterra. La obra es perfecta; no hay detalle del suelo de Inglaterra, por diminuto que sea, que no esté registrado en el mapa; todo tiene ahí su correspondencia. Ese mapa, en tal caso, debe contener un mapa del mapa, que debe contener un mapa del mapa del mapa, y así hasta lo infinito"
¿Por qué nos inquieta que el mapa esté incluido en el mapa y las mil y una noches en el libro de Las mil y una noches? ¿Por qué nos inquieta que Don Quijote sea lector del Quijote Y Hamlet espectador de Hamlet? Creo haber dado con la causa: tales inversiones sugieren que si los caracteres de una ficción pueden ser lectores o espectadores, nosotros, sus lectores o espectadores, podemos ser fícticios.”
[Borges/Magias parciales del Quijote]
En Deutsches Réquiem, con una reflexión de Otto Dietrich Zur Linde, nos conecta directamente a su “Zahir”: "¿No estaría loco un hombre que continuamente se figurara el mapa de Hungría?."
Pero hay algunos, que al contrario de figurarse constantemente algún mapa, tratan de desfigurarlo; lo cual es “terríble”, pues tal como le dice el geógrafo al principito
“-Un explorador que mintiera sería una catástrofe para los libros de geografía”.
[Antoine de Saint Exupéry/El Principito]
Aunque en ciertos casos, es hasta comprensible… Luego de una expedición llena de sacrificios en la que transcurren diez días sin ver el sol, “una semana, casi sin hablar”, en la que se pasa por un “ paraíso de humedad y silencio, anterior al pecado original”, durante la que “el mundo se volvió triste para siempre” y que terminó “frente a ese mar color de ceniza, espumoso y sucio”… Pues, ¿que puede decir uno si el jefe de la expedición no elabora el mapa más preciso?…
“La idea de un Macondo peninsular prevaleció durante mucho tiempo, inspirada en el mapa arbitrario que dibujó José Arcadio Buendía al regreso de su expedición. Lo trazó con rabia, exagerando de mala fe las dificultades de comunicación, como para castigarse a sí mismo por la absoluta falta de sentido con que eligió el lugar. <<Nunca llegaremos a ninguna parte, se lamentaba ante Ursula>> <<Aquí nos hemos de pudrir en vida sin recibir los beneficios de la ciencia.>>”
Vínculos:
1 comentario:
Una buena iniciativa el virtuality literario de la UNAM donde 12 escritores de habla hispana compiten por la edición de su libro de cuentos, según la técnica de votos de los lectores y eliminación propios de los reality de la tele. Síganlo en http://www.cazadeletras.unam.mx/
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