“[…] Goya me devolvió a la época, por el camino de vastas cocinas ennoblecidas de bodegones. Encendía su pipa el síndico con una brasa, escaldaba la fámula una liebre en el hervor de un gran caldero, y por una ventana abierta veíase el departir de las hilanderas en el silencio del patio sombreado por un olmo. Ante las conocidas imágenes me preguntaba si, en épocas pasadas, los hombres añorarían las épocas pasadas, como yo, en esta mañana de estío añoraba –como por haberlos conocido- ciertos modos de vivir que el hombre había perdido para siempre.[…]”
Fragmento de “Los pasos perdidos” [Alejo Carpentier]
1 comentario:
Texto evocador. Todavía es posible disfrutar de la sensación única de ver , a lo lejos, el humo que sale de una cocina en el campo. La columna de humo que vuela hacia el cielo, los sentidos que se agudizan-las papilas se alborotan, se huele el olor del café en la olleta-. Tan extraño, porque en verdad sucede que nos sentimos más vinculados con la tierra, con la experiencia primitiva de compartir el alimento alrededor del fuego.
dago
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