http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Franz_Marc_028.jpg“Turm der blauen Pferde” [Franz Marc] |
Me gusta el imposible azul, como el azul del tigre con el que soñaba Borges “que al andar proyectaba su larga sombra sobre el suelo arenoso”, o como el azul de los caballos de Pessoa y de Lorca. Pero nada hay más encantador que el azul de los fantásticos y quiméricos pájaros de Bukowski y Rubén Darío; aves prisioneras en el corazón o en el cerebro… que quisieran salir, huir… quizá del mismo modo que el unicornio azul, de la canción de Silvio.
Del imposible azul al azul imaginado, adoro la flor azul de Novalis; que crece en un lugar ignoto, una pradera inaccesible. Allí la ubíco… azul, natural y preciosa; posible allí… solo allí, en el lugar que no encontró físicamente Goethe; provista por la naturaleza o por nuestra imaginación del gen y de la enzima indispensables para ser azul… No como la rosa transgénica, de azul forzado, que se pretende lograr en un laboratorio.
Wilde dijo que estaba dispuesto a creer cualquier cosa siempre que fuera increíble…, yo creo que existen cosas que nos parecen hermosas, además de todo, también… también por qué son increíbles [con un dejo de duda].
2 comentarios:
Creo, Paola , que usted y yo compartimos el amor por el cielo azul del Tolima, esa bóveda de ensueños que en los días soleados invita a soñar.
me gusta el color azul.
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