Como el de las últimas acuarelas del día en el cielo, de Proust; o el de la piedrita de mar, tibia, dulce y suave que produce nostalgia, de F. Sagan. Cómo el de la niña de tiza, súbitamente borrada por la lluvia, de Pizarnik.
Rosado tenue a punto de apagarse, hermoso y frágil. Triste como el caballito de mar que vi encerrado en una cajita del mismo color… Mejor, «el vago rosa trémulo que se ve con los ojos cerrados»; de Borges.

2 comentarios:
Y el rosado de Margaritas y cerezas, tan variado y lleno de sorpresas, tan provocativo y sugerente. Feliz 2012, Paola, que el próximo año esté lleno de muchas experiencias retadoras, de encuentros enriquecedores.
Muchas gracias Lic.. Tan variado y lleno de sorpresas cómo su blog, siempre tan interesante; lleno de sensibilidad y poesía.
Reciba un abrazo de mi parte; lo mismo para Ud. Lic., gracias por pasar, siempre es un gusto tenerlo por acá.
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