Hace varios meses, en una entrevista en un programa de televisión colombiano; un judío que sobrevivió al holocausto; contaba que al inicio de la persecución por parte de los nazis, siendo él casi un niño; su padre salió de casa, y nunca más supieron de él.
Más adelante, estando en el campo de concentración; entre las cosas que le ordenaban hacer, le correspondió en una ocasión, ordenar montones de ropa y zapatos. En aquél momento desconocía que se trataba de las prendas, de las personas, a las que se les había dado muerte en la cámara de gas... De pronto, se encontró con una pañoleta de su madre, a la que no había vuelto a ver, desde su llegada a ese lugar, cuándo los hicieron formar en filas separadas. En ese instante, pensó que la iba a ver de nuevo. Uno de sus compañeros de "labor" le dijo: -No espere verla màs. Ni siquiera pudo conservar la prenda, pues le habría ocurrido lo peor.
Lloraba mientras narraba, agregando que con su madre tenía un vínculo muy especial. Eso, entre muchas más cosas que contó en medio del llanto. Entonces la periodista conmovida, le preguntó si podía perdonar; a lo que el señor Kirschberg, respondió que en alguna ocasión había escuchado a su madre decir algo que nunca olvidó: No aprenda a odiar. Así, tan simple, tan contundente, y tan hermoso... "No aprenda a odiar".
Más adelante, estando en el campo de concentración; entre las cosas que le ordenaban hacer, le correspondió en una ocasión, ordenar montones de ropa y zapatos. En aquél momento desconocía que se trataba de las prendas, de las personas, a las que se les había dado muerte en la cámara de gas... De pronto, se encontró con una pañoleta de su madre, a la que no había vuelto a ver, desde su llegada a ese lugar, cuándo los hicieron formar en filas separadas. En ese instante, pensó que la iba a ver de nuevo. Uno de sus compañeros de "labor" le dijo: -No espere verla màs. Ni siquiera pudo conservar la prenda, pues le habría ocurrido lo peor.
Lloraba mientras narraba, agregando que con su madre tenía un vínculo muy especial. Eso, entre muchas más cosas que contó en medio del llanto. Entonces la periodista conmovida, le preguntó si podía perdonar; a lo que el señor Kirschberg, respondió que en alguna ocasión había escuchado a su madre decir algo que nunca olvidó: No aprenda a odiar. Así, tan simple, tan contundente, y tan hermoso... "No aprenda a odiar".
Watercolour: Rhopalocera of Ceylon Watercolour intended for publication in Transactions of the Royal Entomological Society of London. Robert Templeton,
1840s.
2 comentarios:
Ah difícil no aprender a odiar. Ah difícil perdonar.Ah necesario que es perdonar para continuar la vida sin angustias.El dolor queda, ligero, sin el lastre del odio. Testimonio duro, difícil y ejemplar.
Así es Lic.. sin odio; así debería ser siempre.
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