Yo no sé de pájaros, decía Alejandra Pizarnik. Pero yo creo que si sabía, como Dostoievsky sabía de las palomas, y Hemingway de los pájaros que viven cerca al mar, o cómo sabía Carver de la palabra colibrí, o cómo Neruda sabía de los nombres de muchos pájaros, parecido a Gabo; o cómo Bukowski o Gelman, que los podían sentir adentro suyo.
O cómo Cortazar, que dijo bonito lo del mirlo de la maga... Y sabía escribir pájaros. O cómo Benedetti que creía que llegaba un día en que nada o casi nada, mediaba entre nuestro corazón y el de las aves. O cómo Wilde que sabía de su tristeza; o cómo Borges sabía de ruiseñores y de pájaros fantásticos.
Yo no sé de pájaros, y muy a mi pesar, he dejado morir algunos. Por eso, a veces, luego del día azul, y las nubes doradas; no sé de dónde llegan ellos... los que no salvé. Y entonces puedo escuchar sus cantos. Y entre mis manos sus alas. Y el dolor.
Pero también a veces, luego de un día gris, no sé de dónde llegan los que ayudé. Y ya no importa el color, ni el día, ni lo que fué.
Pero también a veces, luego de un día gris, no sé de dónde llegan los que ayudé. Y ya no importa el color, ni el día, ni lo que fué.
Y entonces de pronto, llegan todos. Los que perdí y los que ayudé. Los que están.
Y... y yo no sé de pájaros. O tal vez sí. No, yo no sé. Pero no importa; porque puedo recordar - escuchar sus cantos, y son doradas las nubes, y tan azul. Y tan azul el cielo.
5 comentarios:
lindo... es tuyo???
Hola Germán... Sí... hablas del posteo?
Gracias...
Hola...de la poesia !!!! No la conozco y me parecio interesante. muy lindo tu blog. Saludos
Ah, que bueno que la encuentres así... Gracias Germàn. Tu blog también me gusta
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