«Nosotros elegimos ser el pueblo de Di-s y aceptamos toda la responsabilidad que ello entraña. Para que toda la humanidad tuviera la oportunidad de vivir de acuerdo a los preceptos de la Torá, Hashem Se la ofreció a cada pueblo en particular.
Se aproximó en primer lugar al pueblo de Edóm y les preguntó:
- ¿Aceptan la Torá como fundamento de sus vidas?
— ¿Qué contiene la Torá? —preguntaron los edomitas
—Uno de sus mandamientos es: 'No matarás´
— ¿No matar? —fue la respuesta—. Pero toda nuestra existencia se basa en la autorización para matar. ¡Matamos para vivir y vivimos para matar! Si la Torá prohíbe matar, no podemos aceptarla.
Di-s entonces se dirigió al pueblo de lshmael con la misma oferta.
— ¿Qué contiene la Torá? —preguntó lshmael.
— La Torá afirma: 'No robarás'.
—Si es así —replicó lshmael—, no podemos aceptarla. Si no podemos robar, moriremos de hambre. Toma la Torá y ofrécela a algún otro pueblo.
Y así, uno por uno, los pueblos rehusaron aceptar la Torá porque no estaban de acuerdo en vivir de acuerdo a sus normas.
Finalmente Di-s llegó al pueblo de Israel y a la pregunta "¿Aceptarás mi Torá?", la respuesta inmediata y entusiasta fue: "Naasé venishmá" ("Haremos y escucharemos")»
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